
La fiesta es legado de los dioses para los seres puros.
Lo sabíamos desde el prodigio inicial de las miradas, desde el asombro de todas las palabras, desde la mañana anterior a los recuerdos y su parvo acontecer de la nostalgia, desde el prestigio inviolable de los sueños y su densa espiral de irrealidades.
El alma virginal tallada en cristal vivo, el cuerpo ennoblecido de erótico linaje llegamos a la fiesta de la dicha perfecta. pero nos fue vedada, no se admitían máscaras.
Flor alba Uribe
Sólo he andado un poco perdida encontrándome detrás de mis máscaras ...........